Una mujer ademas de una dama



Y si amanece por fin y el sol incendia el capó de los coches, baja las persianas,
de ti depende, y de mí, que entre los dos siga siendo ayer noche hoy por la mañana.
Olvídate del reloj nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al currelo,
porqué comerse un marrón cuando la vida se luce poniendo ante ti un caramelo.
Anda deja que te desabroche un botón,
que se come con piel la manzana prohibida. Y tal vez no tengamos más noches, y tal vez no seas tú, el hombre de mi vida


La buena reputación es conveniente dejarla caer a los pies de la cama

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